Recordando que la Eucaristía es más que el
pan y el vino consagrados y recibidos en comunión, el sentido del silencio
durante la Eucaristía es tomar consciencia del misterio y de la dignidad de lo
que está siendo celebrado. Se trata de un silencio orante, cargado de
sentido. Hay al menos dos momentos fundamentales de silencio profundo: luego de
la homilía en la Liturgia de la Palabra, y después de la comunión, en la
Liturgia Eucarística. El silencio debe ser interior y también exterior,
incluyendo los instrumentos y los ministros de la música litúrgica, como
también los innecesarios movimientos.
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