La ética es una rama de la Filosofía que se
dedica a contestar preguntas como éstas: “¿qué es el bien?”, “¿cómo lograrlo?”
y “¿cómo evitar el mal?”.
Para alcanzar sus elevados propósitos, la
ética se basa en la sabiduría acumulada a lo largo de la historia de la
humanidad, reflejando sobre sus luces y sombras, sobre sus aciertos y errores,
dialogando con las ciencias humanas, como el Derecho, la Sociología, la Psicología, la Antropología, la
Teología y la propia Filosofía.
La ética lanza su mirada hacia las más
variadas áreas del pensar y del actuar humanos: hacia la economía, hacia la
educación, hacia la cultura, hacia la religión, hacia las ciencias, hacia la
tecnología etc. La ética tiene valentía para hacer preguntas incómodas que,
muchas veces, las personas y la sociedad no están dispuestas a hacerlo, o están
tan distraídas con los quehaceres de la vida cotidiana, o están seducidas por
los supuestos beneficios del progreso de la humanidad.
Las ciencias y los científicos existen
dentro de la sociedad humana y deben estar al servicio de ella, contribuyendo
para que ella alcance sus propósitos, que podrían ser la búsqueda del bien
común, la defensa y promoción de la vida y de la dignidad humana, la
fraternidad entre las personas y los pueblos, la humanización de las
estructuras sociales, entre otros.
En la eventualidad de que las ciencias y
los científicos, en vez de contribuir, estorbaran la sociedad humana, es
extremadamente necesario limitar su poder y su acción. En un pasado no muy
lejano, las investigaciones e invenciones de las ciencias y los científicos se
prestaron para intimidar pueblos y naciones a través de armas de destrucción en
masa, tanto de la vida cuanto del medio ambiente y del planeta.
La sociedad no quiere mirar de manos atadas
a supuestos avanzos científicos y tecnológicos que, en vez de contribuir para
que los seres humanos vivan como hermanos y se entreayuden, divide, separa,
confunde, lleva al materialismo consumista, ignorando la escasez de los
recursos naturales, reemplazando el trabajo humano por las máquinas,
favoreciendo el desempleo y la miseria, manipulando indebidamente la vida
vegetal y animal y el medio ambiente, interviniendo en la temperatura del
planeta etc.
Se espera de los ciudadanos que acompañen y
presionen las personas que les representan en el ejercicio del poder, a fin de
crean leyes y las apliquen en el sentido de limitar las investigaciones e
invenciones de las ciencias y de los científicos, pues ni toda producción científica
interesa a los ciudadanos y la sociedad en general. Las ciencias y los
científicos deben ser responsables por lo que producen, ya que generan
consecuencias que afectan el presente y el futuro de la humanidad y del
planeta.
Sabemos que, desafortunadamente, las
ciencias no son neutrales; al revés, ellas sirven a los propósitos de las
grandes corporaciones mundiales que, haciendo inversiones millonarias en
investigaciones e invenciones, buscan casi exclusivamente ventajas económicas,
políticas y sociales.
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