La Iglesia (palabra que viene del griego y
significa “asamblea") de Jesucristo es Católica (también del griego,
significa “universal”).
Ella es conformada por las mujeres y
hombres que profesan la fe de los apóstoles y que siguen a Jesucristo como
fieles laicos, consagrados, diáconos, presbíteros, obispos y cardenales, unidos
al obispo de Roma, llamado Papa.
La Iglesia Católica está presente en todos
los continentes del mundo, tan marcadamente diversos y ricos en culturas,
idiomas, tradiciones, realidades religiosas, sociales, políticas y económicas,
desarrollo humano etc.
Anunciando la misma Buena Noticia entre
personas y pueblos tan variados, la Iglesia, a la vez, enriquece las diferentes
tradiciones con la luz de la fe, y también es enriquecida con la contribución
de las culturas locales y de la reflexión del mensaje de Jesucristo a la luz de
las alegrías y tristezas, esperanzas y aspiraciones de las diversas naciones.
América Latina fue sumamente enriquecida
con la llegada del Evangelio a través de los colonizadores portugueses y
españoles al final del siglo XV. Es cierto que muchas veces los pueblos
originarios no fueron debidamente respetados y casi siempre oprimidos y
diezmados. Algunos pueblos forzadamente traídos a nuestro continente también
fueron maltratados y sufrieron crímenes contra la humanidad.
Por su enorme riqueza natural, América
Latina fue masacrada, violentada, robada y devastada, tanto en el pasado cuanto
en un pasado no muy lejano, tanto por pueblos extranjeros cuanto por los
propios habitantes.
Con una fe admirable, los católicos
latinoamericanos siempre buscaron acoger las enseñanzas de la Iglesia Universal
conservando sus raíces y tradiciones culturales - siempre que no eran
contrarias ni contradictorias con el Evangelio de Jesucristo.
La producción teológica y la reflexión de
la Palabra de Dios a partir de la realidad de nuestro continente siempre fueron
acompañadas por la Iglesia Universal y puestas a su disposición.
Merecen destaque las cinco conferencias del episcopado latinoamericano y caribeño en Rio de Janeiro, Brasil (1955), en Medellín, Colombia (1968), en Puebla de los Ángeles, México (1979), en Santo Domingo, República Dominicana (1992), y en Aparecida, Brasil (2007).
Merecen destaque las cinco conferencias del episcopado latinoamericano y caribeño en Rio de Janeiro, Brasil (1955), en Medellín, Colombia (1968), en Puebla de los Ángeles, México (1979), en Santo Domingo, República Dominicana (1992), y en Aparecida, Brasil (2007).
Vale recordar que el actual Papa de la
Iglesia es el latinoamericano Jorge Bergoglio, que fue cardenal de Buenos
Aires, Argentina. Actualmente él enriquece la Iglesia Universal con las
referencias teológicas de nuestro continente.
De tal modo que nuestros católicos
latinoamericanos no sienten la necesidad de abandonar su legítima tradición y
caminata cristiana para imponer la cultura religiosa europea y romana. Aquí
vivimos nuestra catolicidad de un modo latinoamericano, ni mejor ni peor que
los demás pueblos y continentes, sino diferente y original.
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