quinta-feira, 19 de dezembro de 2019

¿Cómo limitar el uso de las tecnologías para que no perjudiquen la convivencia familiar, los estudios, el trabajo, la oración?


Resultado de imagem para uso das tecnologias

Los cambios culturales traídos en las últimas décadas a través de las TIC - Tecnologías de la Información y Comunicación - son irreversibles. Es una pérdida de tiempo imaginar el mundo sin dispositivos electrónicos, sin teléfonos y televisores inteligentes, sin aplicaciones que reproducen películas y series por Internet, sin juegos en red etc. Esos recursos tecnológicos vinieron de una vez por todas, permanentemente.
Es necesario acostumbrarse con su presencia entre nosotros, en nuestras familias, en el ambiente laboral, en los colegios y universidades, en las iglesias y reuniones pastorales etc.
Al comienzo de esta transición cultural, eran consideradas incómodas las personas que, en vez de ofrecer atención completa y total (con comunicación visual), utilizaban las redes sociales, contestando mensajes. En la actualidad, la situación es al revés: incómodas son las personas que todavía exigen de las otras tal calidad de atención, ignorando que el ser humano desarrolló la capacidad da atención múltiple, realizando diferentes actividades a la vez y comunicándose simultáneamente con varias personas de modo presencial y virtual, por escrito, por imágenes y por vídeos.
Las personas ancianas o más tradicionales todavía son las que se sienten incomodadas. Sin embargo, muchos padres y educadores se han adaptado a la nueva mentalidad y han introducido los recursos tecnológicos en la comunicación intrafamiliar y educativa. Lo mismo se puede afirmar respecto del ambiente laboral y eclesial - por supuesto, sin perjuicio de productividad ni de resultados pastorales.
Pero, es evidente que ni la sociedad ni las familias han sabido educar satisfactoriamente para la utilización equilibrada y sana de los recursos tecnológicos. La atención fácilmente se dispersa, surge una especie de dependencia o adicción a las tecnologías, que genera ansiedad, depresión, estrese, angustia, agresividad. Amistades, noviazgos y hasta casamientos se deshacen, funcionarios y obreros son demitidos, alumnos son reprobados, la oración es olvidada, la vida se vuelve más sedentaria, los lazos familiares se debilitan, los círculos sociales se comprimen etc.
Profesionales del área de la salud psíquica y de la pedagogía y educación son unánimes en reafirmar la importancia de los padres y educadores en la insistencia de la transmisión de valores, de modo más práctico y vivencial que teórico, como familia, amistad, comunicación afectiva, Dios, contacto con la naturaleza, visitación a diferentes lugares y culturas, práctica artística y deportiva como espacio sano de socialización, cuidado de las personas más necesitadas y del medioambiente etc.
Para asegurar el aspecto práctico y vivencial, los padres y educadores, sí, pueden y deben establecer límites de tiempo y de lugar para la utilización de los recursos tecnológicos, especialmente para los niños, adolescentes y jóvenes, preferencialmente consultándoles, evitando el autoritarismo. Los lugares y tiempos sin los recursos tecnológicos sean ocupados de modo positivo y estimulante.
Finalmente, las personas adultas necesitan dar el ejemplo a fin de que los niños, adolescentes y jóvenes sean estimulados a preferir lo humano y natural al mecánico y artificial, aprendiendo y redescubriendo la belleza y la superioridad de Dios, la familia, la amistad, el bien, la vida.



Nenhum comentário:

Postar um comentário