Mientras la ética busca el bien y evita el
mal, la estética se dedica a buscar la belleza y armonía y a evitar la fealdad
y la desarmonía. El libro del Génesis asegura que
Dios creó bien todas las cosas y más todavía el ser humano. Los filósofos de
la Antigüedad Griega solían asociar la bondad, la belleza y al verdad;
eran prácticamente términos sinónimos. Algo o alguien bueno era igualmente
bello y verdadero, y viceversa.
La estética se ha dedicado a discutir y
establecer elementos objetivos y exactos que sirvan como referencia irrefutable
para determinar si algo o alguien es bello. Según las enseñanzas éticas del
filósofo griego Aristóteles, una actitud era buena y virtuosa cuando estaba en
la justa medida entre los dos extremos. La estética se va a adueñar de esta
definición, estableciendo que algo o alguien es bello en la justa medida entre
los dos extremos.
Para ejemplificar: no era bello algo muy bajo o muy alto, alguien demasiado flaco o demasiado gordo, algo muy claro o muy oscuro, alguien con orejas demasiado pequeñas o demasiado grandes. Debido a la simetría de los cuerpos, la armonía entre las partes también era un fuerte elemento objetivo y exacto para definir algo o alguien como bello. Era considerada fea la ausencia de proporción entre las partes.
Para ejemplificar: no era bello algo muy bajo o muy alto, alguien demasiado flaco o demasiado gordo, algo muy claro o muy oscuro, alguien con orejas demasiado pequeñas o demasiado grandes. Debido a la simetría de los cuerpos, la armonía entre las partes también era un fuerte elemento objetivo y exacto para definir algo o alguien como bello. Era considerada fea la ausencia de proporción entre las partes.
Aunque estos criterios estéticos sigan
bastante presentes en la actualidad, con el paso del tiempo, la sociedad pasó a
cuestionar los padrones establecidos, la imposición de una referencia única de
belleza a partir de una cultura determinada.
Los modelos pasaron a ser más amplios e
inclusivos. La belleza pasaba a ser subjetiva y relativa, dependiendo del punto
de vista, de la perspectiva del observador. También hay belleza en lo que es
muy bajo o alto, en quien es demasiado flaco o gordo, en lo que es muy claro u
oscuro, en quien tiene orejas demasiado pequeñas o grandes.
Muchas personas - mujeres y hombres - sufrían cuando su cuerpo no correspondía a los
padrones de belleza establecidos por la estética. Había angustia, sufrimiento,
prejuicio, humillación, rechazo, mutilación etc.
Con el aumento de las cirugías estéticas y
de los productos cosméticos y anabolizantes, las personas que no se sentían
encuadradas en los modelos impuestos pasaron a cambiar artificialmente partes
del propio cuerpo: cabellos, nariz, labios, color de la piel y de los ojos,
estómago, senos, nalgas etc. Algunas veces la persecución por ideales estéticos
elevados llevó las personas a graves enfermedades físicas y psíquicas; hubo
óbitos en algunos casos.
Es muy importante que los padres y
educadores acompañen sus hijos y alumnos en la comprensión de la relatividad de
los padrones estéticos de belleza, y en la búsqueda de la sana autoestima, sin
comprometer la salud del cuerpo y de la mente. Es necesario reconciliar la idea
de que la bondad, la belleza y la verdad necesitan caminar juntas, en armonía.
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